¿"Crímenes Idénticos"? La absurda analogía



Imagen a analizar

Es común el uso de analogías para hacer una crítica a una sociedad que abusa de animales sintientes de otras especies, de hecho, desde que se empezó a hablar de "especismo", se usó como referencia el sexismo y el racismo, para dar a entender que se trataba de una discriminación arbitraria que debía ser cuestionada y corregida. Entre la necesidad de dar un mensaje contundente y hacer algo determinante a favor de las víctimas, algunos activistas han abusado de la analogía, convirtiendo sus principios y reflexiones en afirmaciones que en vez de dar a conocer las bases que sostienen una moral más justa, ofrecen un panorama que haría sentir a la mayoría en desventaja por sentirse culpables, sin encontrar motivos convincentes (como el pensamiento de grupo) para aceptarlo y es ahí donde deciden rechazarlo y quedan condicionados (en los peores casos, que por cierto son muy frecuentes) a rechazar también cualquier otra cosa que tenga que ver con eso que les produce disonancias cognitivas.

Y eso hace que se siga presentando ese ambiente incómodo que tanto conocemos cuando se generan discusiones referente al tema: "Las plantas sienten. El humano es omnívoro entonces. Dios hizo a los animales para...", etc.

Es fundamental que tengamos en cuenta que somos animales altamente sociales que podemos sufrir de múltiples formas (vergüenza, culpa, lástima, envidia, celos, orgullo, etc), por lo que ignorar el gran rango de respuestas que puede tener nuestro público, resulta siendo no mas que un obstáculo tal vez difícil de ver, pues es fácil medir cuántos se quedan a preguntar al final del evento o cuántos interactúan con tu publicación luego de este, pero no es tan fácil medir a cuántos espantó o dijeron de lejos: "bahh, qué bobos" y siguieron su camino.

De los 431 comentarios que contamos, menos de 20 eran a favor del post, teniendo en cuenta que alguien comentó varias veces.

Las víctimas de crímenes a humanos, suelen tener familia y amigos que no son culpables del asesinato de su allegado, ni —por lo menos en gran parte— de la sociedad en la que se explota a otros animales sintientes. Hay un duelo que a veces nunca termina cuando perdemos a un ser querido, y si consideramos que eso es un consenso social cimentado en la empatía, la solidaridad y otros valores, podemos deducir que usar la imagen de un homicidio reciente para reducirlo a que es menos importante que otras cosas que casi a nadie le importan, es una de las peores cosas que podemos hacer, envía el mensaje de que, “nosotros”, no tenemos consideración ante las tragedias de nuestros congéneres.

Entonces la pregunta es: ¿Resulta positivo para los demás animales sintientes, que la mayoría piense que los activistas son unos indolentes con el sufrimiento más grande que padecen los individuos de su misma especie? Un poco opuesto a la ética.

Además de que la empatía y la simpatía, están evolutivamente ajustadas para trabajar según ciertos aspectos que no necesariamente serán los más correctos, éticamente hablando. Es gracias a la razón que hoy podemos repartir el respeto persiguiendo mayor bien.

Sensocentrismo

Reforzar los sesgos más, poco aporta. Se podría pensar ¿Cuál es la diferencia con la comparación del Holocausto nazi? Básicamente, que se habla de un hecho terrible que consideramos histórico por haber afectado a individuos sintientes que importaban en ese momento y lo siguen haciendo. Tal vez todos sabemos que no es buena idea ir donde un judío familiar de un incinerado por los nazis, mostrarle la imagen de su hijo muerto y al lado la de un cerdo al fuego, entonces ¿Por qué hacerlo ahora?

Una cosa es decir, como lo hace el activista Gary Yourofsky: “Los animales no humanos son víctimas del mayor Holocausto”; otra, muy imprudente: “Usted come carne, por lo tanto es como los nazis”. En la primera se habla de una generalidad, se ejemplifica la situación con un referente conocido e identificado como una gran injusticia, para que la gravedad del asunto sea dimensionada, en la segunda, se señala al interlocutor, muy seguramente ofendiendo y poniéndolo a la defensiva. Si tenemos en cuenta que la frase puede generar esas confusiones no solo en la gente del común, sino también en los activistas, parece ser que es mejor no aplicarla, sino hablar de cosas puntuales y comprensibles.

Existen cosas, que definitivamente van a ponerle más trabas a la asimilación del mensaje: qué, cómo, cuándo, dónde, a quién o quienes etc. Son factores que deben moldear el discurso a favor de facilitar su recepción, básicamente, tener la mentalidad de que estamos enseñando algo que implica en los demás, enfrentarse a los que podrían ser sus creencias más arraigadas, por lo cual, es necesario comunicarse evitando todo ese tipo de cosas.

Sabemos que es un tanto difícil lograr que las personas hagan modificaciones en su moral y así de sus conductas, independiente de la estrategia que usemos, justo por eso, no hay que revestir el mensaje de “me importan un carajo los humanos”, “yo soy muy bueno, tú un monstruo”, pues finalmente los afectados siguen siendo los otros animales sintientes. En muchas ocasiones será difícil concluir si una actividad determinada o algún elemento de ella, ayuda o no a la aceptación de mensaje.

Pero, al menos en el caso que se reseña, es indiscutible que la imagen da un golpe bajo a los allegados de la víctima, parece indicar que a los veganos les parece una nimiedad ese tipo de tragedias al no respetar el duelo, al punto de correr a usarlo como analogía horas después. En medio de esto, queda resaltar que muchos de los que promovemos el trato ético hacia otros animales sintientes, rechazamos lo que se hizo y nos solidarizamos con la familia de la víctima.

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