Somos el fruto más accesible.



La defensa basada en la educación y la persuasión es lenta e intrínsecamente limitada. Debemos centrarnos en crear nuevos defensores y perseguir el cambio sistémico.

Tú eres único. Demasiado único, desafortunadamente.

Si estás leyendo esto, es probable que seas un activista por los animales. Como tal, formas parte de una pequeña minoría de gente que ha cambiado de manera significativa su conducta por los animales.

Quienes pretendemos minimizar y eventualmente eliminar todas las formas de crueldad animal puede que conformemos la mayor parte de la población. Pero aquellos de nosotros que conducen esa apreciación hacia su conclusión natural (la cual, para mí, es el veganismo y algunas formas de activismo) representamos sólo una pequeña minoría.

Desde hace ya varias décadas, el activismo vegano se enfocó en educar y persuadir a los consumidores. Es un trabajo importante y necesario. Pero elegir la educación vegana como el único camino para construir un mundo más compasivo es comprometerse con una lucha a largo plazo. Cambiar mentes y corazones es tediosamente lento.

Cada segundo nacen más de cuatro humanos. Esto es 360,000 nacimientos cada día. Es una tarea complicada para los educadores en veganismo mantenerse al día con el flujo de gente nueva que hay para persuadir. Esto cambiará a medida que los veganos aumenten en proporción con el resto de la población, pero de nuevo, es un proceso lento. Ahora mismo, menos del 2% de la gente es voluntaria por algún tipo de problemática animal y alrededor del 1% es vegana.


Entonces, volvemos a tu especial singularidad. ¿Te convertiste en un activista por los animales o en un vegano porque viste un documental o leíste un libro? Quizás tuviste una conversación personal con algún activista o viste una publicidad. Pero puede que hayan miles de personas que también vieron ese documental o esa publicidad, entonces ¿qué tenés de especial que en vos generó un cambio?

Es posible que simplemente seas diferente a otras personas. Tal vez tus experiencias y tus genes te predisponen a ser más empático hacia los animales. Yo argumento que esta combinación de rasgos difíciles de identificar te convierte en el fruto más accesible, la “victoria fácil”. Desafortunadamente, creo que la mayoría de la gente será más difícil de persuadir de lo que nosotros fuimos. Deseo que no sea el caso, pero sospecho que lo es.

Como escribí hace casi diez años:

Al final, sin embargo, la persuasión y la educación pública solo pueden conducir a los activistas animales hacia una parte del camino para nuestra meta de terminar con la crueldad animal. Toda la investigación recolectada por Faunalytics sugiere que cambiar mentes y corazones no es solo un proceso lento, sino que también puede que tenga un límite.

Es probable que no podamos construir un mundo vegano mediante la educación. En mi opinión, hay dos claves para superar los límites inherentes de la educación vegana. La primera es codificar cambios que mejoren las vidas de los animales en cuanto surja la oportunidad. La persuasión es solo tan efectiva como la ley (o cambio sistemático) que resulta de ello. La segunda es encontrar maneras de cambiar el juego de tal manera que la persuasión y la educación sean cada vez menos necesarias.

Sobre el primer punto, necesitamos enfatizar en hacer que la gente se convierta en activistas animales y no en personas que simplemente evitan consumir productos animales. Y hace falta que cambiemos nuestra atención en la educación consumista por convertirnos en ciudadanos-activistas. Esto significa enfocarnos más en influenciar leyes corporativas y gubernamentales para crear cambios aplicables a largo plazo para los animales.

Mi amigo y colega, Kim Stallwood, escribió:

Como activista por los derechos animales, solía pensar que si suficiente gente se hiciera vegana, como yo, entonces conseguiríamos los derechos animales. Luego, empecé a ver que no todos son como yo y se preocupan por los animales como yo. Esto me llevó a entender que los estilos de vida opcionales, personales, libres de crueldad, veganos —importantes como lo son— no van a conseguir por sí mismos finalizar la explotación institucional y comercial de los animales… los derechos animales son mayormente vistos como una elección personal de un estilo de vida pero cada vez con mayor responsabilidad en las leyes públicas y el gobierno.

Siendo el fruto más accesible y una pequeña minoría de la población, será desafiante para los activistas ganar poder político. Necesitamos obtener influencia política y utilizarla para disminuir los sistemas que actualmente permiten —y hasta promueven— el sufrimiento animal. Piensa en el capital político de una organización como la “Asociación Nacional del Rifle”, pero usado para hacer el bien.

Está claro que obtener influencia e impactar en las leyes gubernamentales y corporativas también conlleva un montón de tiempo y por lo tanto es una mirada a largo plazo, lo que me conduce hacia mi segundo punto: tenemos que encontrar cambios en el juego que no dependan en la lenta educación de los consumidores o en la sufrida construcción de nuestro capital político. Debemos recurrir a las brillantes nuevas ideas que hacen del uso y abuso animal algo obsoleto.

Impossible Foods

El ejemplo más obvio es el de los productos animales como la carne cultivada (también conocida como carne in vitro). Al replicar la carne animal, leche, y otros productos, estos científicos y compañías start-up están bajando la barrera de la persuasión para una alimentación ética. Especialmente cuando le agregas los potenciales beneficios ambientales y de salud que ofrecen estos productos, la opción puede que sea una de las más fáciles para muchos consumidores.

Para la mayoría de las problemáticas animales existen potenciales cambios de juego —los cambios en el sistema que podemos y deberíamos perseguir. Quizás una de las más controversiales —y de las que menos se habla— es la sobrepoblación humana. Para ponerlo de manera simple, el sufrimiento animal aumenta si hay más gente. Trabajar para reducir el crecimiento de la población humana es entonces una cuestión de protección animal.

Probablemente la mejor idea que hay para los animales es la esterilización no quirúrgica. Aquellos que están familiarizados con la problemática dicen que, para conseguir una sustentabilidad, necesitamos esterilizar al 70% o más de los gatos y perros callejeros. Los enfoques tradicionales para atrapar a los animales o convencer a sus amos de que se comprometan a castrar son limitados. Una opción segura y no quirúrgica que pueda ser administrada en el campo probablemente reduciría el número de animales no deseados cerca del cero.

Otra área que está lista para tener cambios en el juego son las alternativas al uso de animales en investigación. Mejores modelos físicos, programas computacionales, y órganos humanos sintéticos eventualmente harán que la investigación animal sea obsoleta. Necesitamos acelerar el proceso alentando la búsqueda de mejores alternativas y trabajando en reducir el uso de animales mejorando las leyes universitarias, corporativas y gubernamentales.

Clean Meat: Paul Shapiro.

Históricamente, los activistas animales quisieron directamente prohibir ciertas prácticas, con resultados mixtos. Sin embargo, algunas problemáticas relativamente “marginales” están potencialmente listas para prohibiciones de tipo legal. Algunos ejemplos recientes (en algunos países) son la prohibición de la cautividad de cetáceos, circos que incluyen espectáculos con animales, y la venta de pieles. Varias de estas prohibiciones son de un alcance muy local, pero proporcionan un precedente para futuras prohibiciones.

Existen otros potenciales cambios de juego, y necesitamos identificarlos y apoyarlos. El activismo basado en la educación y la persuasión es importante, pero también es lento e inherentemente limitado. Deberíamos repensar nuestra dependencia en estos enfoques, poniendo mayor atención en cambio en la creación de nuevos ciudadanos-activistas y buscando cambios sistemáticos que puedan darse sin la necesidad de construir una “masa crítica”.

Traducido por Mariano Cardozo.


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